Las articulaciones: Qué son y cómo cuidarlas


En nuestro cuerpo hay más de 200 articulaciones diferentes. Algunas son grandes, otras pequeñas, las hay simples y otras muy complejas. Nos dan la oportunidad de hacer innumerables movimientos. Las articulaciones se encuentran en la unión de los huesos móviles. Su principal tarea es la de ser un amortiguador en cualquier movimiento humano.  Pero, ¿qué es una articulación?

Las articulaciones son el punto de unión móvil de dos o más huesos. Gracias a ellos, una persona puede moverse y realizar diversas acciones. Unen los huesos en un todo, formando un esqueleto. Prácticamente todas las articulaciones tienen la misma anatomía, que difieren sólo en forma y movimiento. De este modo entendemos que una articulación se refiere a la articulación (conexión) de dos o más huesos.

En los mamíferos, los tipos de articulaciones generalmente se dividen en tres grupos: sinartrosis, anfiartrosis y diartrosis. Las de tipo fijo o inmóvil son las sinartrosis, ejemplo: el cráneo. En ellas encontramos la conexión directa de dos huesos sin un espacio entre ellos. Una fina capa de tejido conectivo fibroso o cartílago puede participar en este tipo de articulación. Así mismo, estas se subdividen en otros cuatro tipos.

Después tenemos las articulaciones unidas por un fibrocartílago y de movimiento limitado conocidas como anfiartrosis, ejemplo: discos intervertebrales. Generalmente tienen un disco o placa fibrocartilaginoso entre dos elementos óseos, o los huesos están conectados por ligamentos elásticos densos. El primer tipo se llama sínfisis, el segundo, sindesmosis. Las articulaciones entre los cuerpos vertebrales en forma de discos intervertebrales son sínfisis típicas, y la articulación entre los extremos superiores de la tibia y la tibia de la parte inferior de la pierna es un ejemplo de sindesmosis.

Por último tenemos las conocidas como diartrosis, que son las que dotan de mayor movilidad al cuerpo y se consideran verdaderas articulaciones. Son las más comunes en animales. En las articulaciones de este tipo, las superficies óseas están cubiertas con cartílago articular, y la articulación misma está encerrada en una cápsula de tejido conectivo fibroso revestido desde el interior con la membrana sinovial. Las células de esta membrana secretan un fluido lubricante que facilita el movimiento en la articulación. La diartrosis incluye articulaciones en forma de bloque y cilíndricas (varilla, rotacionales), así como esféricas, planas (los movimientos son de naturaleza deslizante), silla y cóndilo (elipsoide).

Como curiosidad, cabe decir que los invertebrados también tienen muchos tipos de articulaciones, aunque con sus propias características. Por ejemplo, en la unión de las conchas de moluscos a menudo hay pequeños procesos en forma de dentículos, evitando la rotación de las conchas entre sí o su separación. Si las articulaciones de los mamíferos están controladas por dos grupos de músculos opuestos, las conchas controlan las suyas con un sólo músculo, en el lado opuesto equilibrado por el tejido conectivo elástico.

En insectos, cangrejos y otros artrópodos, el cuerpo está cubierto de quitina, una sustancia densa y coriácea. En algunas partes de su cubierta hay articulaciones que permiten el movimiento mutuo de partes del cuerpo. En estos lugares, la epidermis está envuelta hacia adentro, formando pliegues y no está cubierta con quitina.

Algunos equinodermos como los erizos de mar encontramos muchas articulaciones entre las placas calcáreas que cubren el cuerpo y forman el aparato de masticación, y estas placas están conectadas de la misma manera que los huesos parietales del cráneo humano. Las agujas, especialmente pronunciadas en los erizos de mar, se unen al esqueleto externo con la ayuda de articulaciones esféricas, que están controladas por dos grupos musculares, uno de los cuales se mueve circularmente y el segundo radialmente.

Como podemos comprobar, las articulaciones son absolutamente imprescindibles para la movilidad de la mayor parte de animales del planeta, y por supuesto, para la del ser humano. Por ese motivo es importante, si no queremos perder autonomía como personas, prestar atención a las posibles enfermedades de las articulaciones.

Cualquier proceso inflamatorio en las articulaciones se llama artritis. Existen muchos tipos de artritis causados ​​por infección, procesos degenerativos, tumores, lesiones o trastornos metabólicos. Con la artritis reumatoide, las articulaciones están hinchadas, dolorosas y rígidas.

Muy a menudo, las articulaciones de la mano, las articulaciones de la rodilla y el muslo y la columna vertebral se ven afectadas. La causa de la enfermedad sigue sin estar clara. La sinovitis, que es la inflamación de la membrana sinovial, es una afección muy dolorosa que se produce como resultado de un traumatismo o infección en la bolsa articular. A menudo, una complicación de la enfermedad articular son las dislocaciones o luxaciones. Las lesiones comunes incluyen esguince y dislocación de la articulación con ruptura parcial de los ligamentos. El traumatismo del cartílago intraarticular es muy doloroso, especialmente en la articulación de la rodilla.

¿Por qué las articulaciones se desgastan con el tiempo, se deforman? Una de las principales razones es el sobrepeso . Es él quien provoca un deterioro más rápido de las articulaciones de la rodilla. Después de todo, una masa injustificadamente pesada presiona constantemente en todas las partes del cuerpo. De este modo, las cargas en las articulaciones se multiplican por 3 o más.

El sobrepeso también provoca baja movilidad, lo que invariablemente conduce a un pobre suministro de sangre a las articulaciones. Y el hecho de que las personas a menudo se ven obligadas a estar sentadas en el lugar de trabajo durante 8-10 horas diarias y prácticamente sin movimiento, agrava mucho la situación. También la actividad física puede causar deformación articular, por ejemplo,  si corremos regularmente sobre una superficie dura: sobre asfalto o losetas de piedra.

Las articulaciones de soporte como la cadera y la rodilla, sufren sobrecarga mucho más que otras, por lo que se benefician especialmente de la pérdida de peso. Para ellas, el trabajo más perjudicial, en el que te exige estar parado en un lugar durante mucho tiempo. Con la artrosis de rodilla, por ejemplo, el ejercicio regular es especialmente importante, alivia el dolor y aumenta la movilidad articular. Entre los movimientos más útiles, además de los ejercicios especiales, es mejor elegir el ciclismo o la natación, en los que el peso de la persona no ejerce mucha presión sobre las articulaciones.

El personal de la oficina debe ser consciente de que los movimientos constantes y repetitivos en las articulaciones de las manos son peligrosos, llamados sobrecarga de fatiga. Y para que la osteoartrosis no golpee los dedos, es necesario dosificar la carga cuando se trabaja en el ordenador. Además, hay que prestar atención a las muñecas, que no pueden mantenerse en tensión constante durante varias horas. Las muñecas, especialmente las enfermas, se sienten más cómodas apoyadas sobre un rodillo especial colocado delante del teclado.

La gimnasia terapéutica con artrosis mejora el flujo sanguíneo y linfático local, relaja los músculos innecesariamente tensos y alivia el dolor. Con la artrosis de las extremidades superiores, se lleva a cabo sentado y de pie, y con la artrosis de las extremidades inferiores, acostado y de pie, pero sin descansar sobre una pierna adolorida. Además, los ejercicios de gimnasia terapéutica buscan la restauración del rango de movimiento en la articulación afectada, así como el fortalecimiento de los músculos adyacentes a la articulación. Después de todo, los músculos bien desarrollados de las extremidades contribuyen a la descarga de la articulación enferma y aumentan su estabilidad. En una persona que vive una vida activa, todas las articulaciones funcionan en modo normal. Su trabajo fisiológico natural no conduce, por regla general, al desgaste de las articulaciones hasta la vejez.

Además, la actividad física adecuada solo ayuda a fortalecer las articulaciones y mantener su movilidad. Por lo tanto, las cargas motoras y los ejercicios son un elemento necesario para la salud de las articulaciones. Por ese motivo es importante mantener unos niveles adecuados de actividad, y en caso de detectar algún tipo de dolor en alguna articulación, buscar el ejercicio más adecuado para evitar que la enfermedad crezca y se cronifique. Una buena combinación de dieta y ejercicio nos ayudará a mantener sanas nuestras articulaciones, y por tanto nuestra autonomía de movimientos, durante muchos, muchos años.